domingo, 15 de febrero de 2015

Atipaq El Guerrero De Los Elementos

Y al fin llega esta historia.




Atipaq El Guerrero De Los Elementos
(Las Crónicas De Runaterra)

Primer Capitulo
 La Caída de Pukinari

“La confianza muchas veces puede ser sinónimo de debilidad”: Atipaq

Montes Aputnalados

Los Montes Apuntalados, son uno de los lugares menos explorados del continente de Valoran, una enorme cadena montañosa donde la supervivencia puede ser tan dura como las cumbres de Freljord, sobre ellas se han dicho muchas cosas y pocas han sido comprobadas.

Los caminos que la recorran son escasos, la mayoría de ellos construidos en la época del imperio de los Alexanders, quienes en su deseo por conquistarlo todo no dudaron en reta a las montañas, mas su osadía fue inútil, los Montes Apuntalados están plagados de diversas criaturas que día tras día pugnan por sobrevivir.

Un famosos cartógrafo de la Academia de Guerra, califica a los Montes Apuntalados como una gran selva montañosa, donde solo los más actos logran sobrevivir, la agricultura sobre esta es escasa por la falta de terrenos actos para cosecha, mientras que la caza es una competencia en la que el ganador se comerá al otro, así mismo el clima no es nada amistoso con sus moradores, grandes granizadas azotan las cumbres acompañadas de tormentas eléctricas y torrenciales lluvias que desprenden de las montañas grandes cantidades de lodo y piedra que arrasan con todo lo que encuentran a su paso.

Entre las criaturas que dominan los grandes riscos, se encuentran los diversos clanes de dragones y de estas la que más destaca es la de los Dragones Escarlata, poderosas criaturas que infunden miedo en la mayoría de criaturas de estos lugares.

Mas la característica perseverancia de los humanos ha logrado que algunos pequeños asentamientos logren mantenerse en pie, entre los que destacan las aldeas de Askay y Meland que son la puerta de entrada de Noxus hacia Zaun, así también se encuentra en el extremo que divide las fronteras de Demacia y Noxus, Pukinari.

Un estrecho y peligroso sendero es el único camino que lleva a esta pequeña aldea; Pukinari al igual que otros pequeños poblados de los Montes Apuntalados se ha convertido en el lugar de refugio predilecto para todo aquel que es perseguido en alguna de las ciudades estado de Valoran, la mayor parte de su población descienden de refugiados, entre los que destaca los descendientes de la antigua y extinta realeza Noxiana.

El sol se eleva temprano sobre la pequeña localidad situada en un pequeño valle en medio de las grandes montañas Uloa, Ganibal y Genkis. Es temporada de recolección de moras silvestre para la celebración del día aniversario de la fundación del poblado. Las pocas aves que habitan el lugar comienzan con su canto mañanero, mientras debajo un pequeño niño llamado Atipaq llega antes que nadie para comenzar con la recolección.

Por lo general en Pukinari, los niños nunca salen solos del poblado y los adultos siempre llevan un arma para espantar a los Inamarus, criaturas parecidas a los Ursinos de Freljord, pero de pelaje gris, orejas redondas y un cerebro diminuto, lo que los convierte en bestias salvajes; pero es invierno y los Inamarus están invernando, por lo que el peligro es nulo, dado que otras criaturas, como los dragones escarlata, no se atreven a asomare mucho por estas tierras. Algunas viejas leyendas atribuyen eso a que hace mucho tiempo un poderoso guerrero camino por estas tierras y que en las faldas del Genkis ha situado su vivienda y que las criaturas del lugar le temen, motivo por el cual el poblado nunca ha sido atacado.

El pequeño Atipaq, regresa al poblado con su cesta llena de moras, sin darse cuenta que es el único que se ha puesto a recoger moras, nadie más ha salido del poblado a pesar de que la labor requiere de la colaboración de muchos, pareciera que los demás se hubieran quedado dormidos o que están ocupados atendiendo a los invitados. Un grupo de barbaros que llegaron el día de ayer, al parecer provienen de Noxus quien en los últimos años ha ido incrementado su política opresiva contra estos.

El pequeño niño continua su camino, cuando de repente el típico sonido del cantar de las aves es reemplazado por otro más siniestro, pareciera que la muerte se ha puesto a cantar, el niño presuroso corre al poblado y cuando llega la aterrador escena lo deja inmóvil, los barbaros movidos por una cólera inexplicable se habían vuelto locos y estaban asesinado a todas las personas del poblado, mientras la cesta de moras cae de las manos de Atipaq.

De pronto Atipaq escucha la voz de su madre, quien es arrastrada, el pequeño niño corre hacia ella, pero el bárbaro que la llevaba al observar al niño acercarse usa su garrote mandado a volar al niño hacia un grupo de plantas donde queda inconsciente.

Continuara…

Próximo capitulo: El Despertar de una Leyenda

Y Como despedida un segundo vídeo   sobre los peculiares personajes de  Runaterra.



  

No hay comentarios:

Publicar un comentario