sábado, 12 de octubre de 2013

Haborym El Demonio de Fuego

Haborym El Demonio de Fuego



Libro 1
(La Reunión de los Héroes)

Capítulo 13
Caminando hacia la Batalla

El arcanista congelo el suelo y 4 personas cayeron pero un monje supo mantener el equilibrio. La gente del pueblo tenía suerte de que el hielo no llegara a los pies de Damián o esos dos habían destruido el pueblo. El arcanista se marchó. José se levantó del suelo, mientras Damián se acercaba a él.

-José devuelve a estas personas sus cosas.
-No has visto que me he caído. – Respondía José.
- Solo 4 cayeron. Tú te tiraste, ahora devuélveselos.
-Ok ok

Después de eso Damián se acerca a Yiotish

-Yiotish de camino acá Vimos a un zombie atado a un árbol con un mensaje. Se llamaba Fulgre. ¿Sabes de quien se trataba?
-Pobre Fulgre. Doy gracias que descanse en paz.  Era mi amigo, pasando a otras cosas necesito su ayuda. Regresé al pueblo por que en el cementerio había esqueletos muy bien armados y unas criaturas que parecían ser varios cadáveres amontonados.
-Cementerio dijiste. Yo voy con ustedes, debe haber buenas criptas para profa… digo para restaurar.
-Y a todo esto ¿Quién eres tú? – Preguntaba el monje calvo de Yiotish.
-Soy un Tru . . . comerciante que desea vivir una aventura.
-Si va a venir solo mantén vigilados tus bolsillos. Y que es tan importante en el cementerio.

Yiotish se acerca a la puerta, mientras voltea hacia los otros.

-Necesitamos encontrar un artefacto. Para poder enfrentar al nuevo mal de la Catedral. Es la otra parte del plan aparte de la gema. (En voz baja) Si supiera como usarla.

Al salir se dan cuenta que un nuevo guerrero llego al pueblo. Se veía lo suficientemente fuerte y hábil para matar cualquier cosa. A lo lejos Damián distinguió al Arcanista que venía corriendo mientras era perseguido por perros zombies mientras Yiotish se puso a hablar con el nuevo guerrero. Cuando el arcanista estuvo al alcance de la vista de todos dio un salto y lanzo un poder al suelo, los pobres perros volaron en el aire y solo cayeron sus pedazos calcinados.

-Como son de exhibicionistas estos arcanistas. Fácilmente podría haber acabado con ellos sin hacer tanto alboroto. – Le comentaba Damián a José, mientras Yiotish termina de hablar con ellos.
-Listo es hora de irnos.
-¿El Arcanista no ira? – Preguntaba José a Yiotish.
-Él tiene otros asuntos. Además si nos vamos todos nadie se quedara en el pueblo.

Y así salieron los tres de Nueva Tristán.

-¿Por cierto donde acabó el pobre Fulgre? – Preguntaba Yiotish, quien quería darle sepultura después que acabe todo.
-Está cerca del peñasco.
-Eso es muy lejos de donde lo vi la última vez. ¿Me pregunto por qué habrá tomado esa dirección? ¿Te preocupa algo Damián?
-Si!! ¿Por qué el arcanista habrá regresado tan rápido? No se le ve cara que se asuste con facilidad.
- Seguramente querrá ir a presumir que mato algo grande. – Respondía irónicamente José.

En ese momento fueron rodeados por zombies y después de un par de golpes siguieron su camino.
Mientras tanto el arcanista entró a la taberna y vio al tabernero que le hizo una seña. El arcanista preguntó por Yiotish pero le informaron que acababa de irse, por lo cual el arcanista a tras ellos.

Y mientras corría un la hoja de un libro levitaba cerca de su mano izquierda, y en ella comenzaban a aparecer palabras pensadas por él, era como un registro de sus hazañas, era como su diario. Personal.

“La insolencia del campesino me hizo perder la compostura por un momento. Pero me repuse rápidamente. Eran ellos los que sufrirían las consecuencias si el asunto no era tratado de la manera adecuada. Por una vez iba a dejar que los pueblerinos intentaran defenderse por ellos mismos. Al final iban a volver llorando a mis brazos por ayuda, y yo les iba a dar esa ayuda en el momento adecuado. Sólo bastaba que muriera un par a manos de los demonios. Había cosas más importantes que un par de caminantes que con tres bolas de fuego se transformaban en cenizas.

El paradero de Yiotish y la misteriosa piedra me inquietaban soberanamente. Le pregunté al tabernero hacia dónde habían ido y me comentó que se dirigían a un descampado para probar las propiedades de la piedra.

Vi al grupo a lo lejos. Los seguí, manteniendo la distancia. Vi que Yiotish puso la piedra amarilla en su collar y realizó un grupo de movimientos. Luego cambió la gema de lugar y realizó otro grupo de golpes y patadas. Nada parecía visible hasta que el monje invocó a una criatura.

Se acercó interesado a verla con más detenimiento. Aunque parecía familiarizado con la aparición, aparentemente había algo distinto en su forma. Me tele transporté al lado de la criatura para ver qué era lo que intrigaba tanto a Yiotish. Él ya me había percibido hacía tiempo, por lo que no se sorprendió. Pero el resto del grupo saltó hacia atrás. Aparentemente la piedra había logrado que el vasallo del monje desarrollara cierta afinidad con el aire elemental.

La piedra funcionaba como runa. Pero había algo más, no se veía como una runa común. Tenía que llegar al fondo de esto.”

Camino más arriba, cerca de una vieja choza que según dice le perteneció a un bruja llamada Adrià Austei, al fin llega a alcanzarles.

-Diablos tengo que advertirles de algo muy grande. Jamás podrán contra esos Caminantes Nudosos .
- JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA Solo porque tu hayas huido no significa que nosotros también. – Le responde José quien no para de reírse.
-Insolente te atreves a decirme miedoso. Me gustaría verte aplastado por esos árboles.
-Caminantes nudosos aquí., entonces tenemos que quemarlos.

Mientras nuestros héroes se dirigían a la lucha sin saber lo que les esperaba.

Continuara… En el libro 2.

Escrito por DARTHcoatl y Ronok
Editado por mí.




Nota: Todas las imágenes, vídeos y escritos son propiedad de sus respectivos dueños.

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