Haborym El Demonio de Fuego
Libro 2
(La Defensa de Nueva Tristam)
Capítulo 9
Comienza la Batalla
Nueva Tristán
Las horas pasaban tranquilamente después del ataque de
los muertos vivientes, el capitán, sus hombres y la comunidad se han dedicado a
enterrar a sus muertos y limpiar el lugar, el capitán desde lo alto observa el
trabajo de los hombres, puede oler el aroma de la muerte, piensa en todo el
tiempo vivido aquí desde que se reconstruyo Tristán, nunca pensó que aquellas
épocas terroríficas amenazaran con volver nuevamente a esta ciudad, el capitán
tiene 2 hijos, nacieron aquí, no conocían lo terrible que era el mundo, hasta
que un muerto viviente trato de matarlos, el salto desesperado hacia el muerto
y logro evitar que este le haga daño aunque para ello haya tenido que perder 2
dedos de la mano derecha, un precio insignificante comparado a tener a sus
hijos sanos.
Han paso varias horas desde que Yiotish, junto con otros
hombres salieron en un caravana para averiguar el origen de este ataque y
contrarrestarlo, en ese momento el cielo se empieza a llenar de nubes grises,
amenazando con llover, aunque todo parece estar tranquilo, pero el capitán no
parece estarlo algo lo perturba, piensa que hubiera sido mejor que solo
partieran Yiotish y 3 hombres más y que los demás se quedaran a custodiar el
poblado, en ese instante se escucha el sonido de un caballo que se acerca a
toda prisa, es un hombre que parece estar desesperado por llegar a la ciudad,
el capitán y algunos hombres lo reciben, parece estar totalmente aterrado,
tiene una herida en el brazo, cuando le preguntan que le paso, este responde
diciendo palabras que no son entendibles.
De repente, se escucha el sonido de un tambor y un sin
parar de gritos ensordecedores, cuando el capitán levanta la vista puede ver a
un grupo considerable de diablillos y guerreras arpías muertas, liderados por
Grandes Profetas se acercan a toda prisa para atacarlos. Un hombre reacciona
rápidamente y se acerca a la campana, tocando con toda la fuerza que tiene, el
sonido alerta a los pobladores las mujeres y los niños rápidamente se meten a
sus casas buscando protección, mientras los hombres toman lo que encuentren y
se preparan para la batalla, el capitán ordena cerrar las puertas principales
en un intento para obtener algo de ventaja, mira al cielo y se pregunta del por
qué los ángeles los han abandonado a su suerte frente a estas bestias
infernales, en ese instante el hombre que habría entrado se ríe y su cuerpo
comienza a cambiar de forma. “¡No es un hombre!” grita el capitán, era Raptor
que había tomado la apariencia de un hombre para poder infiltrarse en la
ciudad, rápidamente se acerca a la puerta, mata a algunos hombres con unos
tentáculos que salen de sus manos y después destruye la puerta,
Logrado su objetivo Raptor desaparece, el capitán ordena
a sus improvisados hombres ponerse en formación y prepararse para la batalla,
una batalla perdida, no cuenta con los hombres adecuados, las hordas de raptor
se acercan cada vez más, rugiendo, maldiciendo, con sed de sangre y de sembrar
el terror en los corazones de los hombres.
La lucha empieza, es feroz, el capitán y sus hombres han
salido de la ciudad para plantarle cara al ejercito endemoniado, una decisión
errónea, pues los demonios le superan rápidamente, lo que los obliga a
retroceder y tratar de contenerlos en las puertas de la ciudad, pero son
demasiados, mientras las fuerzas que protegen Tristán están cansadas después
del asedio que sufrieron hace horas y el trabajo de limpieza que llevaron. Todo
parece inútil, el capitán piensa en su familia en que morirán este día,
mientras que un hombre que gritaba ¡“No podemos ceder”!, acaba de ser asesinado
frente a él, el capitán cae de espaldas; cuando de repente.
Detrás de las líneas enemigas, se escuchó el sonido de
una explosión y varios diablillos han muerto, algunos demonios voltean a ver
qué ha pasado, para darse con la sorpresa que han aparecido 7 guerreros; es
Yiotish y lo que queda de la caravana, han conseguido llegar a tiempo al pueblo
y ahora se preparan para la batalla…
Continuara…
Escrito y Editado por Mí.
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