Haborym El Demonio de Fuego
Libro 1
(La Reunión de los Héroes)
Capítulo 5
Hakanpuma
El sol brillaba a su máximo esplendor, parecía ser una
tarde alegre o eso parecía aparentar para la pequeña Hamka, quien junto a su
hermano mayor Hakanpuma, recogían yerbas y raíces para la preparación de
pócimas ancestrales para la gran fiesta de la “luna gris”, un día donde la
pequeña tribu Umbaru conocida como “pies descalzos” que habitan el lado sur de
las selvas de Torajan, se reunían para rendirle culto a los espíritus de la
tierra inconclusa, mientras recogían las yerbas y se dirigían de retorno a su
aldea se tropezaron con un animal muerto al cual se le veía que se le había
arrancado el corazón y otros órganos, Hakanpuma extendió la mano y una mosca se
posó sobre ella, después de eso este mira hacia el bosque y tiene la sensación
de que algo los está observando, finalmente los hermanos llegan y entregas las
yerbas a los antiguos Santeros.
Hamka y Hakanpuma eran los hijos del líder de la tribu
quien días atrás, junto con otros Santeros se habían estado sintiendo preocupados
por el gran desbalance que últimamente comenzaba a sentirse en la tierra
inconclusa y por las visiones que han tenido de muertos y bestias infernales
que los acechaban desde las sombras amenazando su existencia, el padre de Hamka
recuerda que tuvo esta misma sensación hace 20 años y en donde el balance entre
este mundo y la tierra inconclusa estuvo a punto de romperse de no ser por el
sacrificio de algunos héroes anónimos.
Hamka, tierna y dulce era querida por toda la aldea, está
a su vez admiraba, su hermano mayor quien del grupo de jóvenes santeros, este
era el más capacitado y cuyas habilidades competían con la de los más viejos y
preparados, la noche caía y la tribu se reunía en una gran fogata donde
acompañados de tambores, pócimas ancestrales y alguno que otro sacrificio
humano, bailaban y cantaban, mientras los principales santeros tomaban los
pociones preparadas con las hiervas y raíces recién recogidas para entrar en
contacto total con la tierra inconclusa y poder prever sucesos que amenacen su
existencia y el balance entre este mundo y el mundo de los espíritus, esa noche
los principales santeros entran en un estado de aparente de epilepsia y tienen
visiones de una gran bola de fuego que cae en una lejana ciudad (Tristán),
pueden ver como esta arde en llamas y es atacada por bestias infernales y
muertos que salen del suelo, pueden sentir el miedo de las almas de la gente
que muere, la agonía de otros por querer escapar, así como la desesperanza de
algunos que corren sin sentido y el valor de algunos pocos héroes que se les
enfrentan.
Pasado los efectos de las pociones los Santeros
despiertan y algunos de ellos dejan que el terror y la locura se apoderen de
ellos y empiezan a pronunciar frases sin sentidos, hasta que caen producto del
cansancio y uno de ellos el padre de Hamka pronuncia una frase coherente “la
oscuridad se acerca”.
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