lunes, 2 de junio de 2014

Haborym El Demonio de Fuego

Volvemos después de una semana infernal

Haborym El Demonio de Fuego



Libro 3
(Casando al Demonio)

Capítulo 9
La Torre Encantada

“Alguna vez este lugar fue un gran castillo con 2 enormes torres, una de ellas era subterránea.” -  Comentaba Austei a sus camaradas mientras entraban, Austei en sus estudios había leído algo sobre este lugar, se decía que pertenecía a una antigua orden de hechiceros, llamados la Mano del Profeta, una orden que durante la guerra de los Clanes de Magos desapareció sin dejar rastro, no se supo nada de ellos, lo único que se sabe es que sus propiedades quedaron abandonadas, algunos aventureros trataron de entrar en ellas, pero nunca regresaron, se dice que estas ruinas están encantadas o endemoniadas.

Después de haber bajado por una estrecha entrada, nuestros héroes entran y contemplan que en los techos cuelgan candelabros que emiten luz a pesar de no tener ninguna lámpara encendida. - “Son candelabros mágicos.” - Replica Austei, - “Están hechizados con una potente magia que hace que su fuego no se extinga ni en miles de años, a menos que alguien los apague”.

Al caminar sobre los pasillos, en el piso se puede observar extrañas formas geométricas dibujadas, Damián se agacha y toca una de ellas. - “Estos dibujos fueron hechos hace mucho tiempo.”

-“Así es.” - Responde nuevamente Austei. - “Son encantamientos, aunque no logro descifrar con exactitud qué clase de encantamientos, pues este lenguaje mágico es muy antiguo, tanto como las ruinas”.

Todos siguen caminando observando hacia todos lados tratando de encontrar alguna pista de donde puede estar Raptor, en ese llegaron a una gran sala en la cual se encontraban regado en el piso una gran cantidad de huesos y esqueletos, muchos de ellos parecieran ser guerreros antiguos, aventureros que no llegaron más lejos que este lugar.

-“Hay que estar atentos, pues al parecer a partir de aquí la cosa se puede poner muy violenta.” -En este instante Arthas sin darse cuenta pisa una piedra que se hunde. - “Que carajo” - y de en medio de los huesos una luz aparece y se transforma en la forma de un viejo Mago el cual recita unas frases en un idioma extraño, tras lo cual desaparece.

Solo eran huesos, pero después del conjuro mágico, estos se empezaron a unir y convertirse en guerreros esqueléticos. - “Se acabó el recreo muchachos.” - Decía Yiotish, mientras de su espalda sacaba su Daibo y se concentraba para invocar un Mantra de protección, mientras Damián prepara una gran Ballesta de la cual lanzaba unas flechas de la que se desprendía otras flechas que terminaban por reducir la velocidad de los enemigos.

Austei convirtió su cuerpo en Diamante para pasar entre los esqueletos y ubicarse en la retaguardia, desde donde comenzó a lanzar saetas de electricidad, las cuales al impactar en los esqueletos, los hacia explotar, mientras Arthas usa su lanza para despedazar a los que quedan.

10 minutos más tarde ya no quedaba ni un solo esqueleto en pie, y de repente una parte de la pared comenzó a brillar, Austei se acercó a examinarla. - “Mmm interesante, esto parece una especie de portal, tal vez sea mejor cruzarla y ver que encontramos.”

Al cruzar el portal, nuestros héroes se encuentran nuevamente afuera de las ruinas. - “¿¡Qué carajo es esto!? - Gritaba Arthas dirigiéndose hacia Austei. - “Por hacerte caso hemos vuelto al principio.” - Cuando de repente la tierra empieza a temblar y algunas de las piedras se juntan para formar. -  “¡Un golem de piedra tengan cuidado!” -  grita Yiotish.

El Golem medía 3 metros de altura y se lanza sobre Austei y Arthas, pero retrocede debido al impacto del Orbe Arcano que Austei le lanza, mientras yiotish salta sobre este y se trepa rápidamente hasta llegar al hombro de este para lanzarse una serie de ataques que en conjunto se llaman alcance mortal, para después lanzarse una gran patada giratoria que manda a volar la cabeza del golem, con lo cual terminan con él.

En ese instante el piso sobre ellos se ilumina y vuelven nuevamente en la sala donde se encontraban antes pero esta vez donde se encontraba el portal aparece una gran puerta de acero con algunas grietas, por las cuales se cuela una extraña aura.

Al abrir la puerta, el aura de esta los rodea y los teletransporta nuevamente, pero esta vez a una especie de mina donde se escuchan extraños ruidos que proviene del interior de esta,  - “¿Y ahora dónde estamos?” - , preguntaba algo inquieto Arthas, a lo cual Damián se le acerca.  - “Cállate y déjanos escuchar.” -  Damian se acerca a una parte de la pared de esta y le dice a Yiotish que lancé un gran golpe sobre este punto, a lo que Yiotish lo hace con su palma explosiva.

Cuando el polvo se disipa nuestros héroes pueden observar que quienes estaban haciendo ruido eran Hakampuma, Kael, Amshu y José que habían estado luchando contra las crías de las Arañas gigantes.

Continuara…

Escrito y Editado por Mí.




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