lunes, 30 de septiembre de 2013

Haborym El Demonio de Fuego

Haborym El Demonio de Fuego



Libro 1
(La Reunión de los Héroes)

Capítulo 1
El Cazador de Demonios, El Arcanista, el Truhan y el Monje

La noche se vuelve más oscura, mientras el Cazador de Demonios Damián, entra en una vieja taberna.  

-¿Estoy buscando a un hombre. Un comerciante, es un viajero? – Le preguntaba Damián a un Tabernero.
-El ultimo de esos que paso por acá viajó hace rato a Nueva Tristán.
-Gracias por la información.- Responde Damián mientras se levanta de su asiento.
- ¿Hacia dónde te diriges? – le preguntaba el viejo tabernero mientras limpia un vaso
-Tengo que ir a Nueva Tristán debe de haber salido antes de los ataques. – Recita Damián, mientras recoge su ballesta.
 -Pues veras cazador, desde la semana pasada hay reportes de que algo ataca a las caravanas. (Voz baja) dicen que son no-muertos.

 Damián observa su bazo mientras medita lo que va a hacer.

-Pensé que llegaría antes que partiera. De todas maneras tengo que ir a hacer limpieza, ahora dime ¿hace cuánto salió la última caravana?
-La última caravana que salió en esa dirección salió hace un par de días. Llevaba a un arcanista, por eso se atrevieron a salir y no quedan muchos caballos.
-Mejor así. No me atrevería a arriesgar a ningún inocente, ni humano o animal.
 ¿Dime cazador porque te importa tanto ese comerciante?
-Porque es mi hermano.

Un joven que escuchaba la conversación se levantó con él y le dijo

-Yo voy en esa dirección. Mi nombre es José y prometo no molestarte.
- No, no quiero cuidar a nadie.
-Conozco un atajo atreves del peñasco, ninguna caravana lo puede usar, llegaremos en dos días.
- Bien pero, espero que sepas usar esos arpones. Solo no estorbes.

Salieron los dos hacía Nueva Tristán.

-¿Y cuál es tu nombre? - Le pregunta José a Damián.
- Mi nombre es valioso y solo lo revelo cuando es necesario, además un cazador no revela su nombre fácilmente.
- Bien y dime ¿Por qué tu hermano no es un cazador como tú?
-Es complicado.
-Bueno tenemos tiempo.
-Mi tío era un Cazador, yo seguí sus pasos y mi hermano siguió los de mi padre.


Llegada la noche acamparon arriba de un árbol para evitar que algo los tomara por sorpresa. Mientras dormitaban Damián cayó en un sueño, donde recordaba cómo le pedía a un cazador de demonios que lo entrenara y este le dijo que no tenía lo necesario.

Al despertarse continuaron su viaje. De repente vieron un zombie devorando un caballo. El zombie estaba atado a un árbol y en el árbol había un mensaje escrito con sangre.

“Mi nombre era Fulgre. Tened cuidado con los caballos.
Por favor mátame, ya he sido convertido"

-Estamos rodeados, puedo oler su putrefacto olor. Menciona el Truhan José mientras da un paso atrás.
-Te da miedo un puñado de no-muertos Truhan.

Un segundo después el alarido era tal que los ensordecía. Las flechas de Damián volaban por los aires como gaviotas y se estrellaban como estacas en los zombies. José hacía lo de siempre esquivar, atacar por la retaguardia, revisar bolsillos y volver a empezar. Después de un rato los dos tuvieron que replegarse para no terminar bajo los zombies.
Un par de horas después Nueva Tristán se alzaba ante sus ojos, o más bien caía.

-La ciudad está siendo ataca por los no-muertos y diablillos. – Pronuncia José, mientras Damián observa a su alrededor.
-Ahí hay una carreta podríamos ocuparla para subirla.

Al llegar a la carreta se dieron cuenta que era ocupada por un zombie. No paso ni un segundo cuando el zombie estaba con 5 flechas en el cuerpo. Acomodaron la carreta, subieron por un lado la barricada y la tiraron para que nada más entrara. Al llegar vieron como salían hidras de fuego del suelo y atacaban a los diablillos que andaban saltando por ahí.

-Un mago. Y no es un mago cualquiera, es de los más odiosos. Un arcanista.
- Y ¿Por qué dices que uno de los más odiosos? – Le preguntaba José a Damián.
-Por qué así son todos los arcanístas.

De repente cayó una pequeña ventisca pero lo suficiente para apagar el fuego. Se tomaron un segundo para respirar y avanzaron hacía la taberna. Al entrar vieron al arcanista sosteniendo una mano. Damián se detuvo y le pregunto al tabernero.

-¿Estoy buscando a un hombre? - Preguntaba Damián al tabernero. - Un comerciante viajero,  debió de haber llegado hace algunos días con una caravana.
-Los comerciantes que han llegado están aquí en esta taberna. Pocos se atreven a salir.
-¿Tú eres Damián el Cazador? – Preguntaba un chico con apariencia andrajosa.
-¿Quién pregunta?
-Conocí a tu hermano. Hace tres días que escape corriendo de la caravana. Tu hermano y otros no pudieron escapar.
-Gracias por la noticia.

En ese instante Damián recordaba como el mismo cazador de demonios que lo había rechazado tiempo atrás (su tío) lo acepto como aprendiz después de verlo estallar en cólera mientras su amada moría en sus brazos. –Es una desgracia lo que te paso pero ya tienes una de las dos cosas necesarias para ser mi aprendiz.

-Con esto esa parte de mí solo se ha hecho más fuerte. – Susurra Damián mientras sus ojos comienzan a brillar con una gran intensidad.

Damián se levantó y salió de la taberna.

-Y ahora ¿a dónde vas? – le pregunta José quien va detrás de él.
- A hacer mí trabajo, matar a los zombies que están en las calles.
-Lo siento pero ya no queda ninguno. – Le respondía el arcanista Austeibinarides.
-Podrías hacerte a un lado o quieres que te saque a la fuerza.

En eso un hombre entró a la taberna y detuvo a Damián.

-Tranquilízate, mis hombres ya se están haciendo cargo del problema. Necesitaré tus fuerzas para más tarde. Yo soy Yotish. - Responde el hombre que lleva la vestimenta de un monje, mientras un aldeano moribundo se le acerca.
-Tengo algo para ti.
-Gracias Aldeano con esto ya estamos salvados.

Continuara…



Nota: Todas las imágenes, vídeos y escritos son propiedad de sus respectivos dueños.

Escrito por "DARTHcoatl"


Editado por SwordZack

sábado, 21 de septiembre de 2013

Haborym El Demonio de Fuego

Haborym El Demonio de Fuego



Libro 1
(La Reunión de los Héroes)

Capítulo 10
El Mago Amshu Sakshi

Desde el Puerto Real habían llegado rumores de que Nueva Tristán se encontraba bajo asedio. Famosa en un tiempo por su hermosa catedral, e infame luego por la depravación de la que había sido parte, la ciudad de Tristán era aún un lugar muy querido para todos, por lo que un grupo de guerreros veteranos que se estaban alojando en Duncraig decidieron emprender viaje para ofrecer su ayuda a la legendaria ciudad.
No eran más de 10 hombres, varios de ellos no habían usado una espada desde hace ya varios años, pero su coraje permanecía intacto, así que no dudaron ni un instante en emprender el viaje.

El camino desde Duncraing hacia nueva Tristán era largo y obscuro. Los hombres marcharon en silencio durante varios kilómetros. A lo lejos se escuchaban muy remotamente, casi como un susurro, los gritos desesperados de aquellos que se aventuraban a viajar solos y desarmados por esos peligrosos caminos.

Al llegar a la bifurcación del camino que se abría hacia el oeste, a la ciudad de Bramwell, o hacia al este, hacia Tristán, se encontraron con un grupo de hombres atrincherados. Habían construido una especie de fortaleza circular con sus carretas, y arrojaban piedras y palos desde dentro hacia un grupo de zombies hambrientos que intentaban alcanzarlos a través de la madera.

Al verlos, los guerreros desenvainaron sus espadas y se acercaron rápidamente a cortar cabezas. Luth-Sein, el más experimentado del grupo, encabezo el ataque. Su espada se movía como el viento, y la luz de la luna se reflejaba en su hoja con tal belleza que daba lastima mancharla con una sangre tan impura como la de aquellos seres repugnantes. Envuelto en el frenesí de la batalla, el cual llevaba tanto tiempo sin sentir, pero que añoraba tanto, Luth-Sein se dejó llevar por sus instintos asesinos y comenzó a blandir su espada de aquí para allá, despedazando a cualquier zombie que se pusiese en su camino. El pequeño encuentro duro poco, ya que solo eran un puñado de zombies, pero el viejo guerrero no estaba satisfecho, aun quería cortar más cabezas.

Contra la voluntad de sus compañeros, quienes le advertían del gran peligro al que se estaba exponiendo, Luth-Sein decidió adentrarse un poco en el bosque para matar algunos zombies más antes de continuar el camino.

Esperaron alrededor de media hora mientras ayudaban a los campesinos a poner sus carretas en condiciones para continuar el camino. Estaban a punto de partir, creyendo que la suerte de Luth-Sein habría llegado a su fin en manos de algún monstruo de la noche, cuando escucharon un crujir de hojas secas que venia del bosque. Contemplaron en silencio una silueta obscura que se acercaba a ellos. En su mano derecha se veía una espada ensangrentada, cargada casi a rastras. Al acercarse más, pudieron reconocer que esa silueta no era nada más y nada menos que la de su compañero, pero había algo extraño en él. Su rostro parecía poseído por una gran ira, y su mirada estaba iluminada con un leve resplandor anaranjado, como el de las llamas del infierno. "Lo han herido!" - grito un campesino - "Se está transformando, nos matara a todos!". Al darse cuenta de que esto era cierto, los hombres tomaron sus armas y fueron al encuentro de su antiguo compañero para acabar con su tormento. Pero él era más fuerte que todos juntos, y en su condición monstruosa ya ni siquiera sentía miedo o dolor, solo sed de muerte. Luego de despedazar a 5 guerreros, el cadáver viviente de Luth-Sein se dirigió hacia los aldeanos indefensos con el fin de saciar su hambre de carne. El alboroto de la nueva batalla había atraído a nuevas hordas de zombies que se acercaban desde todas partes, rodeándolos. Los que aun sobrevivían comenzaron a formar un círculo cada vez más pequeño mientras eran rodeados por todos los ángulos posibles. "Estamos perdidos, es el fin" - dijo uno de los guerreros mientras dejaba caer su espada con impotencia....

"No!" - dijo una voz débil pero solemne. Todos voltearon hacia la dirección de la que provenía aquella esperanza misteriosa de la que nadie hasta el momento había advertido siquiera su presencia. Un hombre menudo, vestido en una túnica bordo y negra, cuyo rostro se ocultaba tras una capucha, se había abierto camino entre los monstruos hasta llegar al centro de donde estaban. "Agáchense", dijo con calma, pero con tal determinación que nadie se atrevió a desobedecer. Todos se agacharon y cerraron sus ojos esperando el fin y lo peor...un ruido cristalino y una luz plateada se apoderaron de la noche por un instante.

Los hombres se encontraban acurrucados en círculo unos con otros, con los ojos cerrados, temblando del miedo. "Síganme, aún queda un largo camino hacia Tristán, Traigan solo lo necesario, viajaremos ligero" dijo el hombre. Al escuchar esto, los hombres comenzaron a levantar la mirada uno a uno. Lo que hace un instante había sido un circulo de zombies a punto de devorarlos, ahora no era más que un montón de hielo derritiéndose. Se apresuraron para no quedar atrás.

Uno de los aldeanos tomo la antigua espada de Luth-Sein, arrancándola de su mano congelada, "ya no la necesitara", pensó.

El hombre encapuchado lidero el camino durante toda la noche sin que nadie se atreviese a hablarle, excepto por un aldeano que se atrevió a hacerle una simple pregunta...

-Dime, noble guerrero, ya que ha salvado mi vida, quisiera saber al menos tu nombre...
-Mi nombre es Amshu Sakshi - respondió.



Nota: Todas las imágenes, vídeos y escritos son propiedad de sus respectivos dueños.
Escrito por "Dzyan"

Editado por SwordZack

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Haborym El Demonio de Fuego

Haborym El Demonio de Fuego




Libro 1
(La Reunión de los Héroes)

Capítulo 9
Austeibinarides el Arcanista

A las Afueras de Tristan:

Crunch! Sonó el crujir de un mordisco a una manzana. Viajar en caravana tenía sus ventajas, aunque siempre había preferido viajar solo. Se me hacían insufribles las conversaciones vanas de los comerciantes y aldeanos, pero definitivamente disfrutaba las provisiones que llevaban.

Mi nombre es Austeibinarides. Soy un arcanista.

O por lo menos dicen que soy un arcanista, para mí, esa es sólo una de mis múltiples habilidades. Aunque la mayoría de los aldeanos no alcanzan a comprender hasta qué punto la filosofía, la poesía y la matemática son artes mucho más profundas y avanzadas que el simple manejo del poder arcano.

Siempre supe que tenía poderes especiales, pero desde hace unos años atrás, mi capacidad para controlar el poder arcano se ha incrementado inconmensurable-mente. Quizás es este el único enigma que me queda en la vida. Desde entonces, he sido llamado de pueblo en pueblo para librarlos de males, monstruos, demonios y algún que otro saqueador.

Volviendo a mi historia, quiero contarles de aquella vez que viajé a Nueva Tristrán cuando estaba asediada por un ejército de muertos vivientes.

Llegué con la caravana en un día oscuro, como suelen ser la mayoría de los días en aquellas tierras. Al llegar no nos sorprendió ver el asedio bajo el que estaba la ciudad, inmediatamente supe que iba a tomar un buen tiempo matar a todos los muertos vivientes. Era de costumbre llegar a los pueblos cuando estaban en problemas.

De un salto me bajé de la carreta. Dejé salir un cono de rayos desde mis manos y cayeron cinco criaturas muertas a mis pies. Había una carreta de barricada en la entrada. La aparté, consumiéndola con una bola de fuego, para que la caravana pudiese entrar.

El pueblo estaba lleno de diablillos, pequeñas cosas molestas, coloqué hidras de fuego al rededor de la taberna para que los matasen a todos. Mientras mi compañía entraba a un lugar seguro. Entré y transformé en hielo quebrado a todas las criaturas que atacaban la taberna, junto con extinguir el fuego que se había comenzado a propagar en esta.

Me elevé al techo de la construcción y comencé a disparar misiles arcanos a todo esbirro del mal que se movía por la ciudad. Después de media hora de tedioso asesinato de males menores el pueblo estaba libre de ataque. Sólo quedaba encargarse del fuego. Dí la orden que todos entraran en la taberna e invoqué una ventisca que en cinco minutos apagó todo incendio que hubiese en la ciudad.

Bajé al piso bajo de la taberna y todos vitoreaban como de costumbre. Un aldeano se acercó a preguntar mi nombre, pobre ignorante.

-Me llamo Austeibinarides. - Respondí. La cara de confusión del aldeano dejó ver su incapacidad para pronunciar o si quiera entender mi nombre.

-¡Viva el brujo! Gritó. - Y todos siguieron vitoreando.

Todo parecía normal, pero en una esquina de la taberna había un aldeano con una expresión de pavor en su cara mientras cuidaba de un bolso. Me acerqué a él para ver de qué trataba el asunto. Dentro de su pavor y consternación sólo acertó a decirme. "Es para Yiotish" y me lo entregó.


Dentro de la bolsa se encontraba una mano cortada hacía pocas horas, cerrada en puño. Y en su interior, algún tipo de gema que no pude identificar.

Continuara...







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Escrito por "Ronok"
Editado por SwordZack

jueves, 12 de septiembre de 2013

Haborym El Demonio de Fuego

Haborym El Demonio de Fuego



Libro 1
(La Reunión de los Héroes)

Capítulo 8
La Caida de los Umbarus

Ya era de madrugada y faltaba poco para el alba, Hamka ayudaba a las mujeres a recoger los enseres usados en la fiesta y limpiar el lugar, mientras Hakanpuma y otros jóvenes Santeros ayudaban a los viejos Santeros a reponerse de su trance sin sospechar que cerca tras los arbustos eran observados por muchos seres demoniacos (Los caídos).

Era una pequeña horda de diablillos cobardes liderados por un Gran Profeta este monstruo insaciable por masacres, habían llegado hace poco desde las islas Shovos, lugares donde se dice son controlados por las hordas de Azmodan uno de los Demonios mayores que exiliaron a Diablo y a sus hermanos, este pequeño grupo de exploración y aniquilación habían seguido a Hamka y a su hermano en la tarde y ahora estaban esperando a que los santeros más viejos, estuvieran exhaustos para atacar y arrasar la aldea.

La pequeña Hamka se alejó un poco de la fogata para recoger un recipiente que había sido arrojado, tras recoger aquel recipiente alzo la mirada entre los arbustos y logro ver los ojos rojos de aquellas horripilantes criaturas, su grito de horror se pudo escuchar hasta las fronteras de la Tribu.
Cuando algunos Umbarus voltearon para ver que asustaba a la niña y acercársele, el gran profeta salto hacia ellos y de un solo movimiento de su hacha logro cortándoles las cabezas y emitió un rugido tan aterrador que espantaría al hombre más valiente del mundo, los demás Umbarus trataron de reaccionar pero y era demasiado tarde para coger sus armas pues los diablillos que habían entrado en frenesí y su imparable sed de sangre sobrepasaba su acostumbrada cobardía, estaban abalanzándose sobre ellos, algunos tomaban palos con fuego y los lanzaban sobre las cabañas para obligar a salir a aquellos Umbarus que intentaban esconderse.

Los Umbarus lucharon valientemente con lo que tuvieran la mano, pero sin la ayuda de sus principales guerreros santeros quienes al estar muy débiles fueron los primeros en morir, no tendrían esperanza de salvarse; el Gran profeta era un luchador excepcional ninguno de los Jóvenes Santeros podía con él y caían con facilidad ante la fuerza de su hacha mientras los diablillos se volvían cada vez más aterradores después de cada grito que este daba.

Ningún Santero parecía ser digno rival contra este pequeño grupo demoniaco que increíblemente era inferior en número, solo Hakanpuma era capaz de hacerles frente, cogiendo un pedazo de rama logro noquear a un pequeño diablillo, los demás al ver que uno de los suyos caía empezaron a rodearlo, formando un circulo, gritaban y maldecían pero no le atacaban, Hakanpuma tampoco savia que hacer solo tenía un pedazo de rama, de repente el Gran Profeta salto dentro del circulo para enfrentársele.


La lucha está a favor del monstruoso Gran Profeta, Hakanpuma se lanza contra el intentando darle con la rama en la cabeza, pero el Gran Profeta lo rechaza con un solo movimiento de su brazo lanzándolo fuera del circulo de diablillos, cerca de donde se encuentra su padre y justo al frente del cadáver de su pequeña hermana Hamka, muerta por el Gran Profeta, al verla Hakanpuma se llena de ira y se prepara para lanzarse contra el Gran Profeta que ha salido del circulo tras él, Hakanpuma se queda parado esperando con una mano atrás de él y mirando fijamente a los ojos del Gran Profeta, el cual corre y da un gran salto hacia Hakanpuma levantando su hacha para partirlo por la mitad, pero Hakanpuma es más ágil, esquiva el hacha y le clava la cuchilla ceremonial de su padre en el vientre al Gran Profeta, quien se tambalea , emite un rugido y trata de reincorporarse, pero Hakanpuma se concentra y logra invocar una plaga de sapos que explotan cerca del Gran profeta matándolo, los diablillos al ver a su hermano mayo ser asesinado sienten temor y huyen despavoridamente hacia la jungla, abandonando la aldea ya destruida por el fuego.



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domingo, 8 de septiembre de 2013

Haborym El Demonio de Fuego

Haborym El Demonio de Fuego



Libro 1
(La Reunión de los Héroes)

Capítulo 7
Damian el Cazador de Demonios


Aún recuerdo ese día como si fuera ayer. La noche caía en el bosque, los sonidos de mis pasos y de los  mi maestro los únicos sonidos que se escuchaban en aquel bosque maldito.

-¿Dónde estamos?- pregunté

-No estoy seguro, pero es posible que nos encontremos cerca de Nueva Tristan- respondió él.
Seguimos caminando, sin palabras, pero sabiendo perfectamente lo que el otro pensaba. Este lugar estaba normalmente atestado de zombis vagabundos, pero durante su entrada al bosque sólo habían encontrado y matado a tres en total. Algo pasaba.
No pasó mucho hasta que vimos el resplandor a lo lejos. Al acercarnos lo notamos: un ataque a Nueva Tristan, que estaba parte en llamas.
Mi maestro desenfundó sus ballestas. Yo hice lo mismo.

-Mantente cerca mío en todo momento- Gritaba mi maestro.
-Maestro, no soy un niño. Ya he luchado con cosas peores que unos cuantos no muertos.
-Mira bien la cantidad que hay, incluso hay varios diablillos entre ellos- Apretó los dientes ante la vista de los demonios -Este no es un simple ataque de Alzados merodeadores. Esto es organizado, y quien lo produjera podría estar cerca. Mantente atento y no bajes la guardia en ningún momento.
-Sí, maestro.

Con eso nos lanzamos al ataque, disparando contra los no muertos. Las flechas que lanzábamos estaban impregnadas del odio que sentíamos hacia ellos, a ellos y los demonios.

-¡Desata tu ira, Damian!- fue lo último que escuché de mi maestro antes de meterme en el combate.

Después de eso nunca más lo volví a ver, yo sobreviví, estaba más muerto que vivo, lo busque pero solo encontré su ballesta y 2 flechas, las cuales  tome y regrese al campamento con ellas. Han pasado cinco años de eso y ahora nuevamente he vuelto a este lugar maldito.

Escrito por: Kanur
Editado por mi.




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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Haborym El Demonio de Fuego


Haborym El Demonio de Fuego


Libro 1
(La Reunión de los Héroes)

Capítulo 6
Kael el Barbaro

Harrogath, antiguo pueblo bárbaro aun en pie

Los barbaros eran un pueblo de guerreros orgullosos, nunca necesitaron ayuda de nadie o eran lo que ellos creían, ellos solo podían luchar contra cualquier fuerza y vencer, los barbaros eran más que todo fuerza bruta y creyeron que la fortaleza de sus músculos y la dureza de su piel les seria suficiente para derrotar a cualquier enemigo.

Lamentablemente para ellos eso era falso, su propio orgullo fue su perdición y cerca de la destrucción y del aniquilamiento total, tuvieron que tragarse su orgullo y aceptar la ayuda de desconocidos para así poder hacerle frente a las fuerzas demoniacas que los tenían acorralados.

Los barbaros creían tener una misión, proteger la “Piedra del Mundo” que se encontraba en la cima del monte Arreat, impedir que cualquiera llegara a su cima, en especial alguna fuerza corrupta e impura, hicieron todo lo que pudieron para proteger la cima del monte Arreat, pero fracasaron, la cima fue tomada por Baal “Señor de la Destrucción” y sus esbirros, corrompiendo la “piedra del Mundo”, el orgullo de los barbaros esta por los suelos, han fracasado en sus misiones y su raza antiguamente gloriosa está casi extinta, hace casi 20 años las fuerzas del infierno arrasaron con casi todos los poblados barbaros en la meseta del monte Arreat y de los quedaron, muchos se ha lanzado al olvido.

El poblado bárbaro que menos daño sufrió fue sin duda Harrogath, esto gracias al apoyo de héroes que vinieron de tierras desconocidas a luchar contra las fuerzas infernales, y aquí en Harrogath se encuentra Kael, un joven bárbaro de 25 años, era apenas un niño cuando las fuerzas demoniacas atacaron, en aquella época perdió a su padre, su madre y su hermano mayor, luchando contra los demonios, era uno de los tantos niños huérfanos de Harrogath que perdieron a toda su familia, pero para suerte de Kael, este fue criado por la tía de su padre una anciana llamada Malah, sanadora que lo crio todos estos 20 años, Kael es un soñador cree que algún día los barbaros recuperaran su orgullo.

A su vez Malah quien conoció de cerca a los héroes que lucharon en aquella época, crio y cuido a todos los niños huérfanos de Harrogath y también a un héroe bárbaro que los ayudo muy de cerca en su desesperada batalla, pero lamentablemente, aquel héroe de su pueblo con el paso del tiempo perdió la razón y termino tan loco que los niños se burlaban de el (todos a excepción de Kael), además de que el pueblo le dio la espalda, solo Malah le tendió la mano y lo cuido como a un hijo, este bárbaro entre sus delirios decía que dentro de 20 años el fin del mundo comenzaría, nadie por supuesto le creía a excepción de kael y Malah.

Hasta hace poco en una reunión de líderes, los barbaros discutían en cuál era su papel en esta épocas, un grupo decía que había que salir de sus tierras y ver que ocurría en el mundo, mientras otro decía que había que quedarse acá y continuar cazando a los demonios sobrevivientes del ejecito de Baal, Malah era de la idea de que cada bárbaro decidiera por su cuenta y de que había que enviar a un grupo hacia Tristán y buscar a Deckar Caín para pedirle consejo, pero muchos barbaros que aun conservaban algo de su orgullo se negaban.

Un día aquel héroe que lucho contra las fuerzas demoniacas hace 20 años había desaparecido, Kael y Malah fueron a buscarlo, salieron de la ciudad ya que algunos niños dijeron a verlo visto ir en dirección hacia la cima del monte Arreat, millas más adelante lo encontraron en posición fetal murmurando “ya viene, él y todo su terror se acerca”, “una estrella se cae y el Horadrim se perderá en ella”, “este será el principio del fin”, “y los cielos temblaran”.

En ese instante un grupo de pequeños demonios se abalanzaron sobre ellos, Kael lucho valientemente y con un grito ensordecedor logro espantarlos, pero lamentablemente Malah fue herida en este ataque, una herida de muerte hecha en el pecho, Kael la tomo y junto con el bárbaro loco la llevaron de vuelta a la ciudad, pero es demasiado tarde, los curanderos ya nada pueden hacer, Malah ha perdido mucha sangre.

Kael, se acerca a la moribunda Malah, la cual lo había llamado para pedirle una sola cosa, luchar y seguir lo que su corazón le dicta, Kael se lo promete, después de eso Malah muere. En ese instante Ania aparece y le promete a Kael que cuidara del antiguo héroe bárbaro.

Dos días después de los entierros de Malah, Kael parte en dirección hacia Tristán, pues su corazón así se lo dicta, parte a cumplir con la promesa de Malah, que es luchar.


Escrito por mi.



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