jueves, 12 de septiembre de 2013

Haborym El Demonio de Fuego

Haborym El Demonio de Fuego



Libro 1
(La Reunión de los Héroes)

Capítulo 8
La Caida de los Umbarus

Ya era de madrugada y faltaba poco para el alba, Hamka ayudaba a las mujeres a recoger los enseres usados en la fiesta y limpiar el lugar, mientras Hakanpuma y otros jóvenes Santeros ayudaban a los viejos Santeros a reponerse de su trance sin sospechar que cerca tras los arbustos eran observados por muchos seres demoniacos (Los caídos).

Era una pequeña horda de diablillos cobardes liderados por un Gran Profeta este monstruo insaciable por masacres, habían llegado hace poco desde las islas Shovos, lugares donde se dice son controlados por las hordas de Azmodan uno de los Demonios mayores que exiliaron a Diablo y a sus hermanos, este pequeño grupo de exploración y aniquilación habían seguido a Hamka y a su hermano en la tarde y ahora estaban esperando a que los santeros más viejos, estuvieran exhaustos para atacar y arrasar la aldea.

La pequeña Hamka se alejó un poco de la fogata para recoger un recipiente que había sido arrojado, tras recoger aquel recipiente alzo la mirada entre los arbustos y logro ver los ojos rojos de aquellas horripilantes criaturas, su grito de horror se pudo escuchar hasta las fronteras de la Tribu.
Cuando algunos Umbarus voltearon para ver que asustaba a la niña y acercársele, el gran profeta salto hacia ellos y de un solo movimiento de su hacha logro cortándoles las cabezas y emitió un rugido tan aterrador que espantaría al hombre más valiente del mundo, los demás Umbarus trataron de reaccionar pero y era demasiado tarde para coger sus armas pues los diablillos que habían entrado en frenesí y su imparable sed de sangre sobrepasaba su acostumbrada cobardía, estaban abalanzándose sobre ellos, algunos tomaban palos con fuego y los lanzaban sobre las cabañas para obligar a salir a aquellos Umbarus que intentaban esconderse.

Los Umbarus lucharon valientemente con lo que tuvieran la mano, pero sin la ayuda de sus principales guerreros santeros quienes al estar muy débiles fueron los primeros en morir, no tendrían esperanza de salvarse; el Gran profeta era un luchador excepcional ninguno de los Jóvenes Santeros podía con él y caían con facilidad ante la fuerza de su hacha mientras los diablillos se volvían cada vez más aterradores después de cada grito que este daba.

Ningún Santero parecía ser digno rival contra este pequeño grupo demoniaco que increíblemente era inferior en número, solo Hakanpuma era capaz de hacerles frente, cogiendo un pedazo de rama logro noquear a un pequeño diablillo, los demás al ver que uno de los suyos caía empezaron a rodearlo, formando un circulo, gritaban y maldecían pero no le atacaban, Hakanpuma tampoco savia que hacer solo tenía un pedazo de rama, de repente el Gran Profeta salto dentro del circulo para enfrentársele.


La lucha está a favor del monstruoso Gran Profeta, Hakanpuma se lanza contra el intentando darle con la rama en la cabeza, pero el Gran Profeta lo rechaza con un solo movimiento de su brazo lanzándolo fuera del circulo de diablillos, cerca de donde se encuentra su padre y justo al frente del cadáver de su pequeña hermana Hamka, muerta por el Gran Profeta, al verla Hakanpuma se llena de ira y se prepara para lanzarse contra el Gran Profeta que ha salido del circulo tras él, Hakanpuma se queda parado esperando con una mano atrás de él y mirando fijamente a los ojos del Gran Profeta, el cual corre y da un gran salto hacia Hakanpuma levantando su hacha para partirlo por la mitad, pero Hakanpuma es más ágil, esquiva el hacha y le clava la cuchilla ceremonial de su padre en el vientre al Gran Profeta, quien se tambalea , emite un rugido y trata de reincorporarse, pero Hakanpuma se concentra y logra invocar una plaga de sapos que explotan cerca del Gran profeta matándolo, los diablillos al ver a su hermano mayo ser asesinado sienten temor y huyen despavoridamente hacia la jungla, abandonando la aldea ya destruida por el fuego.



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